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Valse Triste

AUTOR: Exposición colectiva

Valse Triste, exhibición que se conforma con fotografías del archivo del coleccionista estadounidense Elmer Powell, así como obras de José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, Roberto Montenegro, Saturnino Herrán y Leopoldo Méndez, entre otros, tiene como objetivo principal mostrar al público las correspondencias plásticas entre la pintura y la fotografía de principios del siglo XX, así como rendir un homenaje a los hombres que hicieron la Revolución Mexicana.

Asimismo, se cuenta con un espacio dedicado a los jóvenes y a los niños para que también sean receptores del mensaje de ese pasado reciente al que se debe de regresar para refrendar nuestra identidad.

Valse triste muestra el corazón abierto de la guerra, al dejar ver la destrucción de las víctimas y cómo México se convirtió en una tierra para los extremos humanos. De igual forma, rinde un homenaje a todos los seres comunes que, indignados por la injusticia y contagiados por un viento de libertad que llegó a toda la República, dejaron sus casas y a sus familias para combatir en la Revolución, porque creyeron que su país y sus vidas cambiarían.

 

Valse triste rinde homenaje a los luchadores anónimos de la bola

Merry MacMasters

 

México, DF. Reflexionar sobre los costos de cualquier guerra, en este caso la Revolución Mexicana, y rendir homenaje al hombre común que se indignó contra la injusticia de su país, que dejó su familia, su casa, sus pequeñas pertenencias, y estuvo dispuesto a morir en aras de un cambio, son los ejes de Valse triste, exposición en el Museo Nacional de San Carlos (MNSC).

Aunque su base son las 29 fotografías vintage provenientes de la colección del estadunidense Elmer Powell y una de Gabriel Flores, éstas se alternan con pinturas y grabados que hacen referencia a la época, así como un video, con el objeto de continuar con el debate en torno a si la fotografía del movimiento armado influyó en la estética de las otras artes, expresa su curador Miguel Ángel Berumen, fotohistoriador especializado en fotografía de la Revolución y la frontera norte de México.

En Valse triste no se exalta a ningún héroe ni corriente política de las tres o cuatro que surgieron a lo largo de la contienda, subraya Carmen Gaitán, directora del MNSC, cuya vocación es divulgar el arte del siglo XIV a principios del XX. Las fotos, al contrario, son de la bola, es decir, de los guerreros anónimos que se volcaron tras los ideales de Villa, Zapata, Obregón, Carranza y el mismo Madero.

 

La muestra contrapone, por ejemplo, un montaje de la foto de la camisa que traía puesta el general Maclovio Herrera cuando fue asesinado, y una pintura hecha en 1948 por David Alfaro Siqueiros, que retrata el momento en que la bala atraviesa el revolucionario y luego mata a su caballo. Otros cuadros seleccionados por el curador –el MNSC le propuso un grupo de pinturas y grabados para su guión museográfico– son Cempasúchil (ca. 1913), de Saturnino Herrán; la litografía Buenos días (ca. 1935), de Leopoldo Méndez; Las soldaderas (1926), y Muerte y resurrección (ca. 1943), de José Clemente Orozco. De la propia colección del MNSC provienen dos impresiones de Roberto Montenegro.

El video realizado por Berumen en 2012, con música del compositor noruego Alfred Janson (1937), es el punto de partida de la exposición homónima. Para ello se escucha en off un texto escrito por Juan Rulfo a petición de Rubén Gámez, director de la película La fórmula secreta (1964). Para el curador, se trata de un texto triste, pero actual, que le lleva a uno a preguntar ¿quién ganó con la Revolución?

Recuerda que hubo un millón –en ese entonces el país tenía una población de 13 millones– de muertos e igual número de desplazados. El video emplea fotos muy crudas que muestran a los luchadores anónimos que no vieron cumplidas sus aspiraciones, en cambio acabaron tirados en el campo o amontonados en fosas comunes, en especial después de la batalla de Zacatecas.

Con posteridad, Miguel Ángel Berumen, desde abril director del Museo de la Revolución (Plaza de la República sin número, colonia Tabacalera), conoció al coleccionista Powell, quien estima un caso extraño y afortunado para los mexicanos, ya que es de las personas que consideran a la Revolución Mexicana como uno de los grandes sucesos del siglo XX, que debe ser estudiado y seguido por todos, incluso, por los extranjeros.

Powell, quien tiene una de las colecciones más grandes del mundo sobre moneda mexicana, se dedica todos los días a buscar en Internet fotografías del movimiento armado y las pelea en las subastas de arte. Gracias a hombres como Powell podemos conservar parte de la memoria de nuestra patria.

Las imágenes exhibidas de la colección Powell son de fotógrafos mexicanos y de otras nacionalidades: “No hay que perder de vista que muchos de los periódicos estadunidenses mandaron corresponsales, algunos también a fotógrafos –en algunos casos era lo mismo–, a cubrir la Revolución Mexicana, principalmente en el norte. Algunos de ellos estuvieron en Veracruz, en la capital del país, incluso en Torreón, como John Reed, enviado por la revista Metropolitan”.

Valse triste, integrada también por cinco pinturas, seis grabados y tres gigantografías, estará hasta principios de febrero de 2015 en el Museo Nacional de San Carlos (Puente de Alvarado 50, colonia Tabacalera).

 

Valse triste muestra las correspondencias plásticas entre la pintura y la fotografía de principios del siglo XX

 

• En el Museo Nacional de San Carlos a partir del sábado 18 de octubre

• A través de más de 50 obras se rinde homenaje a las personas que hicieron la Revolución Mexicana

 

Guerreros zapatistas, niños soldados, difuntos yaquis, insurrectos, maderistas y villistas entrando de manera triunfal a pueblos destruidos que muestran los costos de la guerra son algunas de las imágenes que integran la exposición Valse triste, la cual se inaugurará en el Museo Nacional de San Carlos el sábado 18 de octubre a mediodía.

Valse triste está conformada por fotografías del archivo del coleccionista estadunidense Elmer Powell, así como por obras de José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, Roberto Montenegro, Saturnino Herrán y Leopoldo Méndez, entre otros. Tiene como objetivo principal mostrar al público las correspondencias plásticas entre la pintura y la fotografía de principios del siglo XX, así como rendir un homenaje a las personas que hicieron la Revolución Mexicana.

 

De esta forma, la exposición –bajo la curaduría del historiador de la fotografía Miguel Ángel Berumen– está integrada por más de 50 piezas realizadas por creadores cuyos discursos artísticos estuvieron influidos en buena medida por la estética de los fotógrafos de la Revolución Mexicana, entre los que sobresalen Jimmy Hare, Hugo Brehme, Agustín Víctor Casasola, Otis Aultman, Manuel Ramos, Homer Scott, José Mora, John Davidson Wheelan, Jesús Abitia y Walter Horne.

Este binomio, pintura-fotografía, permitirá al visitante, como pocas veces en México, disfrutar de impresiones fotográficas de época, conocidas también como vintage, las cuales se erigen como últimos testigos de una de las etapas más significativas en la historia de México

Cerrada de Hamburgo No. 7  Colonia Juárez, 06600, México, D.F.  Teléfonos: 5207-2900, 5207-2820

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