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A 100 años de la llegada de Carlos Mérida a México, esta muestra busca presentar la mas completa retrospectiva del trabajo del artista guatemalteco, guiada por su propia voz, extraída de su autobiografía inédita, La propuesta curatorial permitirá al público transitar entre su vida personal, su proceso creativo y las afinidades artísticas que construyó durante su estancia en nuestro país, hasta su muerte en 1984.

 

 

Siempre se encontrará en mi pintura- si en ella se busca- una fuente, original vital, ya se llame éste el retablo, el códice, recuerdos o preocupaciones imbuidas o asociaciones remotas o sentimientos musicales que vienen (de) muy lejos.

 

Carlos Mérida

La Jornada: Conmemoran al pintor Carlos Mérida a cien años de su arribo al país

 

Merry MacMasters

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Carlos Mérida en 1934 (imagen de la izquierda) fotografiado por Edward Weston; sobre estas líneas, El conjuro, 1962, obra del artista.Foto cortesía de la Galería Arvil

 

Periódico La Jornada

Martes 13 de noviembre de 2018, p. 5

 

La exposición Carlos Mérida: retrato escrito, 1891-1984, de alrededor de 290 objetos, entre pintura, dibujo, gráfica, tapiz y documentación, será inaugurada este jueves en el Museo Nacional de Arte (Munal).

 

Según el texto de la invitación, a 100 años de la llegada del artista centroamericano a México –al parecer fue en 1919–, la muestra propone ‘‘la más completa retrospectiva del artista guatemalteco guiada por su propia voz extraída de su autobiografía. La propuesta curatorial permitirá al público transitar entre su vida personal, su proceso creativo y las afinidades artísticas que construyó durante su estancia en nuestro país hasta su muerte en 1984”.

 

Carlos Mérida llegó a México después de una estancia en París. En 1922 trabajó con Diego Rivera en los murales del anfiteatro Bolívar. El muralismo, sin embargo, conllevaba cierta ideología y reminiscencias de la Revolución Mexicana, de las cuales Mérida se distanció para desarrollar una etapa marcada por la abstracción en la forma y sus raíces indígenas en los temas.

 

En 1927 viajó de nuevo a la capitral francesa, donde a consecuencia de su contacto con Picasso, Kandinsky, Klee y Miró, reafirmó su estilo en el arte abstracto y el constructivismo.

 

De regreso a México en 1929, fue nombrado director de la Galería del Teatro Nacional, mientras tres años más tarde dirigió la Escuela de Danza. Su hija, Ana Mérida (1922-1991), fue una reconocida bailarina y coreógrafa.

 

Profunda relación con la Galería Arvil

 

Dos de los grandes promotores de la obra de Mérida han sido Armando Colina y Víctor Acuña, directores de la Galería Arvil, recinto que en 2019 cumplirá 50 años. ‘‘Conocimos a Mérida porque un día vinieron a vernos esas señoras que venden en las cajuelas; traían cuadros de él, cosa que nos escandalizó. Le hablamos a su hija Ana que era amiga nuestra, y dijimos: la obra de tu papá no puede andar en las cajuelas. Ana dijo: ‘te lo voy a llevar’. Vino, nos fuimos a comer y le hicimos una propuesta porque teníamos la galería Arvil Gráfica: ‘maestro, ¿por qué no nos trae unas piezas de arte?’, a lo que accedió. Allí empezó una amistad profunda.

 

‘‘Hicimos mil cosas con él; viajamos. Por ejemplo, su exposición de los 90 años la hicimos, toda de gráfica, en el Museo del Palacio de Bellas Artes. Luego se montó en Monterrey y Estados Unidos”, explica Armando Colina en entrevista con La Jornada. Los galeristas también estuvieron detrás de la muestra de 1991 con motivo del centenario natal del artista.

 

En cierto momento Colina y Acuña decidieron manejar la obra de Mérida, situación que acentuó la amistad. Para conocer su trabajo más de cerca los galeristas pidieron acceder a su archivo con la finalidad de hacer exposiciones y tener documentación. Sin embargo, Mérida de plano no contestaba el teléfono, hasta que un día Colina le dijo: ‘‘Maestro, ¿por qué no me ha dejado ver su archivo?” Contestó: ‘‘No me voy a autopromover como Cuevas”. Superada esa situación, acordaron verse todos los jueves para trabajar en ese acervo que fue ‘‘de gran importancia para informarnos”.

 

De acuerdo con Colina, para efectos de la exposición se consultaron tres archivos: los de Arvil, el Museo Nacional de Arte y la Galería de Arte Mexicano.

 

Con motivo el gran afecto que tuvieron por Carlos Mérida, Colina y Acuña siempre han luchado en favor de la permanencia de la obra del artista en la memoria del público. En una primera instancia la presente exposición se pensó para conmemorar 30 años del fallecimiento del artista cuyo proyecto muralístico en el Multifamiliar Juárez resultó dañado por el terremoto de 1985, incluso el conjunto habitacional fue demolido.

 

(La exposición Carlos Mérida: retrato escrito, 1891-1994 se abrirá al público el viernes 16 en el recinto de Tacuba 8, Centro Histórico.)

 

La Jornada: Cuatro archivos sustentan muestra de Carlos Mérida en el Munal

▲ Lavanderas, 1927, obra de Carlos Mérida (Guatemala, 2 de diciembre de 1891-Ciudad de México, 21 de diciembre de 1984), perteneciente a la Colección Cristina Navas Mérida incluida en la exposición montada en el recinto de Tacuba 8, Centro Histórico.Foto cortesía del Munal

 

Especial para La Jornada

 

Periódico La Jornada

Miércoles 5 de diciembre de 2018, p. 3

 

¿Qué se siente cuando caminando por Paseo de la Reforma, o entroncando por Insurgentes el Centro Cultural Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México, o asomándose al nuevo edificio Manacar, o al Museo Nacional de Antropología, o abriendo cualquier libro elemental de arte mexicano, nos encontramos con las refinadas figuras de Carlos Mérida? Además de júbilo, ¡enorme curiosidad por saber quién las hizo!

 

El Museo Nacional de Arte (Munal) se lo ha tomado seriamente y aloja una muestra que concluirá el 17 de marzo de 2019: Carlos Mérida 1891-1984: retrato escrito. La propuesta es una inmersión en el universo estético y multidisciplinario de Mérida.

 

Esa exposición está estructurada interpretando la lectura escrita y visual del archivo donado por Alma Mérida al Munal en 2000, complementándolo con los tres archivos restantes del artista: los de las galerías Arvil (promotores de la exposición) y de Arte Mexicano, así como el de Cristina Navas Mérida, nieta del artista.

 

A 127 años del natalicio del pintor guatemalteco

 

La solidez curatorial refleja la investigación que la respalda, luego de dos años de trabajo del equipo dirigido por María Estela Duarte, integrado por 11 investigadores,entre los cuales destacan Magda-lena Dávila, Bárbara Gallardo, Cuauhtémoc Lira, Alejandro Zamora y Emmanuel Ortiz, quienes desmenuzaron y ordenaron esos cuatro archivos.

 

En entrevista con La Jornada, ese equipo recuerda a Carlos Mérida (Guatemala, 2 de diciembre de 1891-Ciudad de México, 21 de diciembre de 1984), a 127 años de su natalicio.

 

–¿Quién fue Mérida según su archivo?

 

–Un artista erudito, multidisciplinario y absolutamente original. No fue sólo pintor y muralista sino también diseñador, escenógrafo, coreógrafo, ilustrador y crítico de arte.

 

–¿El gran público lo conoce?

 

–Poco. Gran parte de su obra pertenece a colecciones privadas, no sólo de ‘‘‘caballete” sino mural. Además está repartida entre Estados Unidos, México y Guatemala.

 

–¿Cuál es el ADN del geometrismo de Mérida?

 

–Según él mismo apuntó en su Autorretrato, tuvo dos ramas de influencia. Una es la vertiente europea, basada en ‘‘el cubismo sintético y en el arte abstracto lírico”. La otra es la síntesis formal del arte maya y la música. Así lo dijo de manera explícita: ‘‘El sentido de la abstracción, en la que fueron maestros mis antepasados (…) Pintura por la pintura, el goce de la pintura, con la misma frenética pasión del goce de la música por los sonidos. Hay en mí, latente sin duda, un músico en potencia que no se manifiesta sino por los colores (…) La pintura abstracta da el mejor camino para ello”.

 

Creó más murales de los registrados

 

–¿De su obra muralística qué descubrieron?

 

–Mérida creó más murales de los que se tenía registro hasta ahora. Existen 80 anteproyectos para mural, de los cuales realizó 37; 24 los hizo en México, 10 en Guatemala y tres en Estados Unidos. Es un dato que seguramente se enriquecerá con estudios posteriores.

 

–Parte de esa obra fue destruida, ¿por qué?

 

–Por una serie de motivos desafortunados. La Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos de 1972 no considera la protección de obras de arte creadas por extranjeros. Como Carlos Mérida no adquirió la nacionalidad mexicana por naturalización le costó su lugar entre los llamados ‘‘patrimoniales”. Un ejemplo es el edificio de Recursos Hidráulicos, de donde fueron retirados por orden del titular de esa secretaría, Adolfo Oribe de Alba, quien los consideró impropio para un edificio gubernamental. A ello se suman los desastres naturales como el terremoto de 1985, cuando se perdió su obra maestra mural (integración plástica): los multifamiliares Juárez. Por último, ha sido un artista poco valorado, no obstante su relevancia. Muchos mexicanos conocen la obra de Mérida; uno de sus trabajos ilustró la portada del libro de matemáticas de la Secretaría de Educación Pública en los años 90 del siglo pasado. Sin embargo, su nombre es poco difundido.

 

–¿Cuántas de sus obras murales se conservan en la actualidad?

 

–Veintinueve. Aunque algunas han sido removidas de su contexto original, habiéndose alterado su discurso plástico.

 

La exposición Carlos Mérida 1891-1984: retrato escrito se puede visitar en el Munal (Tacuba 8, Centro Histórico).

 

 

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